Soluciones sin obra
¿Pero, qué es un encamisado en construcción exactamente? El procedimiento consiste en determinar el diámetro de la tubería dañada, construir una que encaje perfectamente dentro de esta e instalarla para que se convierta en el canal a través del cual fluyen las aguas residuales a partir de ese momento. De esta forma, el agua nunca entrará en contacto con las roturas de la tubería principal. Las fugas en las redes de saneamiento de aguas residuales son especialmente dañinas porque se suma la contaminación por microorganismos a los habituales daños del agua.
El método del encamisado sirve para recuperar la normalidad de la red de saneamiento de aguas residuales tras la avería o deterioro de alguna de sus tuberías.
Optar por esta técnica supone ahorrarse métodos más costosos tanto en tiempo, como en inversión económica, como la reparación in situ, o la sustitución de la tubería por una nueva. Es, además, una técnica de fácil implementación cuando la llevan a cabo equipos de poceros profesionales como el nuestro.
Económicamente, produce un ahorro del 30% respecto a otros métodos que requieren obra con zanja. La segunda ventaja tiene que ver con la eficiencia, pues es mucho más sencillo implementarlo que otros métodos más invasivos. Esto conlleva un menor tiempo de ejecución y, por supuesto, en el tercer gran beneficio, es decir, se producen menos molestias para los habitantes de la vivienda o los habitantes de la comunidad de propietarios.
Esta reparación se realiza mediante una impregnación con resina, posteriormente se invierte la manga para producir la tubería secundaria que se introducirá en la tubería a reparar. La introducción tiene lugar mediante presión de agua o de aire. Posteriormente, se realiza el secado de la resina.